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Foto del escritorMundo Salud

Caída del cabello: ¡Que no te tomen el pelo!

Ante la pérdida de manera constante de pelo (ya sea en la ducha, el cepillado, o cuando nos levantamos) es importante acudir al profesional, y no contentarse con argumentos cosméticos estériles que no van a punto central del problema.

Cinco causas por las cuáles la caída del pelo puede darse:


1. Ciclo de vida del cabello

Tiene tres fases que se van sucediendo a lo largo de los años. La fase de crecimiento o anágena, es la más larga y dura entre 2 y 7 años. En este periodo el pelo crece aproximadamente 1 centímetro al mes. Cumplida ese lapso, la siguiente es la de transición o catágena, donde el pelo interrumpe su crecimiento. Después de 3 semanas de espera, llega la siguiente y última fase: de reposo o telógena. Durante 3 meses el pelo caerá, ya sea porque ha sido arrancado con un peine o por su propio peso. Tras la caída del cabello el ciclo vuelve a empezar.


2. Herencia genética y cambios hormonales

Dos de las causas más habituales de la alopecia androgenética, la más común de todas las especialidades, son la herencia genética y las hormonas. A veces aparecen juntas: el cambio hormonal por sí sólo desencadena un proceso que finaliza con la caída del pelo; si la persona está predispuesta genéticamente a sufrir alopecia, entonces los efectos del cambio hormonal son todavía más influyentes.


3. Mala alimentación

El cabello necesita proteínas, vitaminas A, B y C y minerales como el hierro, el zinc o el manganeso, entre otros nutrientes. Aunque hay algunas de estas sustancias que sí se generan en el propio cuerpo en cantidades suficientes, como el manganeso, el resto han de llegar a los folículos pilosos por medio de la alimentación. La carencia de proteínas o de hierro determina un cabello débil y fino. Muchas veces la anemia es el indicador directo de una alimentación deficiente.


4. Abusos estéticos

El abuso de tintes sintéticos y otros componentes químicos que modifican la estructura molecular del cabello, así como el uso continuado de rizadores, secadores y planchas, dañan el cabello y lo vuelven frágil y quebradizo. Normalmente estos problemas no suponen una caída del cabello de raíz, pero sí provocan que al peinarse el cabello, que estará débil y delicado, se desprendan del cuero cabelludo con facilidad.


5. Enfermedades

El cabello puede sufrir daño por dos vías: un daño procedente del exterior, del entorno, y un daño procedente del interior, del propio organismo. Este doble riesgo multiplica el número de enfermedades que puede sufrir el cabello.

A la larga lista de problemas derivados del entorno y de los malos hábitos, entre los que destacan la polución o el abuso de productos estéticos agresivos, se suman las enfermedades propias de la piel que también pueden afectar al cuero cabelludo. Por si fuera poco, hay que añadir las enfermedades que no están dirigidas directamente contra el cabello o el cuero cabelludo pero entre cuyas consecuencias sí se encuentra la caída del cabello: diabetes, tiroides, anemia, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

Por otro lado, enfermedades nerviosas como el estrés excesivo y la ansiedad pueden ser también parte del problema.


Lo fundamental es asistir a la dermatóloga y pedir un examen de sangre con el que el profesional determinará, de qué tipo de problema se trata.

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