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Cómo apoyar a los chicos en el deporte sin presionarlos




Para los chicos, la práctica de deportes debería ser algo que se adapte a las posibilidades y necesidades individuales. Actividades recreativas en las que puedan conocer y hacerse amigos de otros chicos sin estar pensando constantemente en la búsqueda del éxito.


Sin embargo, es común que muchos padres depositen demasiadas, y hasta exageradas, expectativas en relación al rendimiento de sus hijos, generándoles una presión extra y una exigencia que no siempre están en condiciones de cumplir. ¿Cuál debería ser el rol de los adultos?


“Siempre es importante el acompañamiento de los padres. Estar presentes sin influenciar o condicionar. Que el niño exprese sus gustos y deseos, darle la confianza y garantías para hacerlo. Si el rol de los padres está dirigido a crear en los niños el respeto y la confianza en sí mismos, ésta será la base más sólida que favorecerá el aprendizaje en relación a la superación de dificultades", explica la psicóloga Silvina Beckmann, especialista en psicología del deporte.


Los 5 tipos de padres


1- Padres hipercríticos


Muy exigentes, casi no refuerzan cosas positivas, constituyen un factor de estrés para sus hijos.

Siempre es importante el acompañamiento de los padres. Estar presentes sin influenciar o condicionar. Que el niño exprese sus gustos y deseos, darle la confianza y garantías para hacerlo. Si el rol de los padres está dirigido a crear en los niños el respeto y la confianza en sí mismos, ésta será la base más sólida que favorecerá el aprendizaje en relación a la superación de dificultades


2- Padres vociferantes

Impacientes y poco predispuesto a cambiar su conducta.


3- Padres sobreprotectores

Exageradamente cautelosos con la práctica de sus hijos, le trasmiten mucha inseguridad.


4- Padres indiferentes

No reconocen el valor del deporte de sus hijos, no los acompañan.


5- Padres equilibrados

Son aquellos que pueden acompañar sin presionar, y que sea un disfrute para sus hijos.


El acompañamiento de los padres


“Es importante que los padres se muestren interesados en las actividades de sus hijos, incluidas sus participaciones deportivas. También hay que tener en cuenta cuál es la percepción que los hijos tienen de la presencia de sus padres y cuál es la intención de estos en ir a ´verlos´. Si van a ´ver´ cómo juegan para criticar, para exigirles tener un mejor rendimiento, para ´mostrarse´ que son los padres del ´mejor´, lo ideal es que los padres revisen sus motivaciones. Es probable que sus hijos sientan que los van a evaluar y como consecuencia en vez de jugar por el placer de hacer un deporte comiencen a sentir angustia de desempeño. Es altamente factible que se exijan para mostrar que son buenos y que se frustren ante los errores o los resultados no esperados”, cuenta la Dra. Edith Vega, Psicóloga de Fundación Hospitalaria- Fundación Aiglé.


Transmisión de valores


"El niño necesita del juego para aprender a ganar o perder, así desarrolla su potencialidad para competir. El juego constituye un factor esencial. A través del deporte el niño desarrolla una autoconfianza en relación a ir conociéndose más a sí mismo, en sus fortalezas y debilidades. Desarrolla habilidades sociales, aprende del compañerismo, de los distintos roles dentro de un equipo, de la cooperación, la aceptación de límites a partir de incorporar un reglamento”, afirma Beckmann.


Compañerismo, flexibilidad con sus compañeros, respeto a todos (incluyendo al adversario), cuidado personal, responsabilidad en la tarea y la pasión por lo que hacen deberían ser algunos de los valores que los padres podrían enseñarles y transmitirles a sus hijos.


“Acompañar es estar junto al hijo, es festejar el éxito y comprender cuando éste no se da. Es estar presente con apertura para entender las emociones del hijo, es respetarlas, es darle validación. Es estar dispuesto a charlar, a dar apoyo y contención. Apoyar es colaborar para que piense y sienta que, sin importar el resultado del juego, los padres están para felicitar o para contener el desánimo”, sugiere Vega.




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