Las necesidades nutricionales de los niños son altas. Es muy importante que cada alimento que consuman sea muy nutritivo.
En nuestro país contamos con las Guías Alimentarias para la Población Infantil que nos brindan información muy importante para alimentar a nuestros hijos. En la alimentación infantil se pueden distinguir diferentes etapas:
1. Período inicial. Lactancia materna exclusiva
2. Período de transición. Alimentación complementaria oportuna
3. Período de incorporación a las pautas familiares
Período inicial
La leche materna es el mejor alimento y fuente de nutrición para el lactante, especialmente durante los primeros 6 meses de vida. Se puede extender hasta los 2 años o más, con la adecuada complementación con otros alimentos.
Período de transición
Esta etapa hacia la alimentación debe ser oportuna. Generalmente comprende de los 6 a los 12 meses. En este momento, la maduración digestiva, renal y neurológica van progresando. El niño/a adquiere la capacidad de masticar, digerir y absorber otros alimentos. Se recomienda la introducción gradual de otros alimentos distintos a la leche.
Período de incorporación a las pautas familiares
Se establece desde los 12 meses, incluye la edad preescolar hasta los 6-8 años.
En esta etapa puede afirmarse que los mecanismos fisiológicos han alcanzado prácticamente la maduración y la eficiencia de un adulto. En consecuencia, si en este período se establecen hábitos alimentarios saludables, éstos pueden persistir a lo largo de toda la vida.
¿Qué alimentos se pueden dar y cómo ofrecerlos?
A los 6 meses se sugiere una comida al día y pecho a demanda.
Comenzar con papillas de cereales: arroz, fécula de maíz, harina de maíz. Por ejemplo, arroz bien cocido y pisado con tenedor; polenta con zapallo o purés de hortalizas (combinar papa sin brotes, batata, zapallo y zanahoria, enriquecidos con leche materna o leche en polvo fortificada).
No agregar sal porque los alimentos la contienen naturalmente y los pequeños deben acostumbrarse a los sabores naturales. Sí se puede agregar en cada comida una cucharadita de aceite o manteca.
Una semana más adelante puede sumar un pequeño trozo de carne sin grasa (de vaca, pollo, conejo o cerdo) bien cocida a la plancha, a la parrilla o hervida y bien desmenuzada picada finamente o rallada.
Una vez por semana se puede remplazar la carne por hígado bien cocido y molido o morcilla tamizada (sólo la parte cremosa, sin piel ni partes duras) y a los purés se les puede agregar: salsa blanca, ricota o queso crema.
Postre: ofrecer purés de pulpas de frutas maduras (manzana, banana, peras, durazno), bien lavadas y peladas.
Bebidas: agua hervida y fría. Evitar jugos de frutas en exceso, es mejor la fruta con pulpa.
No se recomienda el uso de azúcar, no ofrecer postres o bebidas azucaradas.
Entre los 7 y 8 meses se pueden añadir 2 o 3 comidas diarias.
Agregar papillas con:
– harinas de trigo, sémola, fideos laminado fino, avena arrollada
– con otros vegetales como zapallitos o de legumbres bien cocidas y tamizadas sin piel como lentejas, garbanzos, habas y arvejas
A los purés se puede sumar yema de huevo duro pisada. Puede comer también pan ligeramente tostado, bizcochos secos, galletas simples sin relleno y vainillas.
Es importante todos los días dar una fruta y un vegetal de color naranja, amarillo, verde.
No es necesario agregar otras leches hasta después del año. Y si el niño es amamantado, tampoco postres de leche (salvo que sean elaborados con leche de la propia madre y sin azúcar). Leche entera luego de 12 meses y quesos blandos y duros pueden agregarse a preparaciones a partir de los 9 meses. En caso de los yogures si son indicados deben ser naturales.
Desde los 9 meses hasta el año se pueden ofrecer 3 a 4 comidas diarias.
Las 4 comidas diarias serían: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Puede comer todas las frutas frescas, bien lavadas y peladas, en trocitos.
Verduras y cereales en preparaciones como budines, con salsa blanca, con ricota, en ensaladas cortadas en trozos chicos. Pulpa de tomates (sin piel y sin semillas), remolacha, espinacas, choclo rallado o triturado.
Todos los pescados cuidando muy bien de retirarle las espinas. Huevo entero, bien cocido y picado o en preparaciones como budines, tortillas y rellenos.
Dos o tres veces por semana pastas rellenas y guisos con pocos condimentos.
Dulces de batata o membrillo. Quesos tipo postre y de rallar como condimento.
Utilice aceite vegetal en pequeñas cantidades para mejorar el sabor de las comidas. No es necesario añadir sal.
Es importante que el niño tenga su propio plato para contabilizar lo que come, que la alimentación sea variada para incorporar todos los sabores. Respete el apetito del niño o niña: ellos regulan de una manera natural la cantidad que necesitan. Deje que el pequeño use sus manos -previamente lavadas- para llevar los alimentos a la boca. Así conocerá la diferente consistencia de las preparaciones.
Las necesidades nutricionales de los niños son altas. Es muy importante que cada alimento que consuman sea muy nutritivo por lo cual las golosinas, bebidas gaseosas, jugos sintéticos concentrados y productos ultraprocesados en general no son adecuados para su alimentación.
La nutrición, especialmente durante los primeros años, constituye una inversión a largo plazo sobre la salud y la calidad de vida de todas las personas.
Fuente Lic. Silvina Rodríguez Blanco, Matrícula 1163.
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