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El Notti cuenta con un Servicio de Educación física y Psicomotricidad único en el país

El objetivo es favorecer la resocialización y el mejoramiento de la calidad de vida de los niños y sus familias.

El Hospital Pediátrico Humberto Notti cuenta con un Servicio de Educación física y Psicomotricidad. Este servicio recibe un promedio de 60 pacientes mensuales, derivados desde diferentes especialidades del hospital, en su mayoría pacientes crónicos.


El objetivo es favorecer la resocialización y el mejoramiento de la calidad de vida de los niños y sus familias. Es un espacio dedicado a la rehabilitación, recuperación y mejoramiento integral de los pacientes que lleva 27 años integrado al sistema de salud pública y es único en el país.


El abordaje de cada paciente es diferente, por ello la importancia de la unión de dos disciplinas. Por un lado, la educación física, que abarca todo lo relacionado con el uso del cuerpo ayudando a la formación integral de cada persona. Por otro, la psicomotricidad, que es una disciplina encargada de valorar y trabajar las facultades sensoriales, motrices, emocionales y cognitivas de la persona.


Los pacientes acceden al servicio mediante la derivación de especialidades como kinesiología, fisiatría, salud mental, neurología, crecimiento y desarrollo y mediano riesgo. “A partir de ahí realizamos una entrevista con los padres del paciente para saber cuál es su motivo de derivación y consulta. Una vez concluida nuestra entrevista, buscamos la mejor técnica de abordaje necesaria para esa patología”, comentó Jorge Bajuk, jefe del Servicio de Educación Física y Psicomotricidad.


El servicio está organizado por áreas de trabajo: hidroterapia, educación física adaptada, TCA (trastornos de la conducta alimentaria), psicomotricidad o psicopatologías graves, donde se trabaja interdisciplinariamente con el Servicio de Salud Mental. Las patologías abordadas pueden ser tanto motoras como enfermedades neurológicas, endocrinológicas, inhibición motriz, trastornos del desarrollo, trastornos del lenguaje, todo lo que tenga que ver con salud mental y el espectro autista, las cuales son abordadas con técnicas aplicadas en psicomotricidad.

El área de psicomotricidad es un espacio de juego donde el niño puede expresarse libre y espontáneamente, es decir, el profesional no trabaja a partir de una intervención dirigida ni mecánica. A través de lo lúdico se resuelven y destraban situaciones traumáticas. Es importante aclarar que esto es un proceso donde los profesionales acompañan el desarrollo y evolución de los pacientes hasta llegar al momento en donde pueden volver a otro espacio del hospital o a efectores primarios.


“Un ejemplo concreto de cómo trabajamos y abordamos al paciente fue el caso de un niño derivado del Servicio de Kinesiología que cada vez que intentaban realizar la terapia correspondiente y lo tocaban para realizar los ejercicios, el pequeño comenzaba a llorar. Entonces, con nuestro trabajo de mediación, y a través de técnicas utilizadas por el especialista en psicomotricidad, se pudo abordarlo y resolver esta consulta, permitiendo en un corto plazo, retomar el trabajo que se inició en kinesiología”, agregó Bajuk.


Hidroterapia es otro espacio muy importante y motivador para los niños, donde dependiendo de la patología, se puede interactuar en grupos o individualmente. Muchos son los beneficios que se desprenden del trabajo dentro del agua, desde lo motor hasta lo psicológico. “Pudimos ver reflejados estos beneficios en la participación que tuvieron algunos de nuestros pacientes en los Juegos Nacionales Evita, que incluyen competencias adaptadas en natación y atletismo. Desde el hospital casi siempre se compitió en natación y es aquí donde el niño puede mostrar los logros alcanzados dentro de su discapacidad representando para ellos un gran desafío y el sentimiento de inserción en la sociedad”, afirmó el jefe del servicio.


Desde hace aproximadamente seis años, el Servicio de Educación Física y Psicomotricidad comenzó a abordar interdisciplinariamente, acompañado del Servicio de Salud Mental a niños con psicopatología grave. El equipo está conformado por trabajo social, psicología, psiquiatría y educación física y psicomotricidad.


Al respecto, la profesora de educación física Cecilia Corvalán comentó: “Empezamos a pensar cómo abordar la psicopatología grave, como la psicosis infantil y el autismo de aquellos niños que el sistema de salud primario no puede tratarlos. Son niños que tienen una gran dificultad en el lazo social y muchas veces con una gran imposibilidad de comunicarse a través del lenguaje”.

Una vez admitidos por Salud Mental, ya que no en todos los niños se dan las características para ser atendidos en el hospital porque algunos pueden ser abordados en georreferencias o tienen obras sociales y se derivan instituciones privadas, se comienza a trabajar con ellos en un espacio individual, con técnica de psicomotricidad y con todo el aporte del psicoanálisis.


“Algo importante de destacar es que, con el tiempo, los médicos u otros profesionales derivadores han sabido dimensionar el aporte que desde nuestra disciplina podemos hacer sobre los diagnósticos de niños que llegan al área. Ha ocurrido que los pacientes comienzan su terapia con un diagnóstico y en la sala vemos un montón de indicadores de que eso no sucede, entonces tenemos que volver al médico o al especialista que lo derivó para dar nuestro aporte”, agregó Bajuk.


Finalmente, Bajuk explicó que el área se encuentra inserta en un hospital de alta complejidad y busca dar al niño la mejor calidad de trabajo posible mientras dure su tratamiento en la institución, pero también se ha podido crear una red de contención con algunos municipios, como Guaymallén y Capital, para que puedan trabajar y darle continuidad al tratamiento que se ha venido realizando en el hospital. “El objetivo de esto es que el paciente, una vez externado, continúe y mantenga su conducta adquirida para mantener su condición de salud”, finalizó el jefe del servicio.

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