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Foto del escritorMundo Salud

Obesidad: viviendo con el enemigo

Cuando se habla de esta enfermedad, los profesionales se refirieren a ella como una epidemia global en alza, que sigue sumando enfermedades y muertes en sus filas.


Los malos hábitos, la desnutrición y la malnutrición dejan como saldo niños, jóvenes y adultos que se convierten en obesos, con el paso de los años, con todo lo que implica para la salud mental y física de las personas que la padecen.



Hoy, cuando se menciona a la obesidad, se habla de ella como una "epidemia global" ya que esa acumulación anormal de grasa corporal puede producir varias enfermedades que son nocivas para el organismo. De hecho es la puerta de entrada para otras patologías como la hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares (entre otros).



Un balance que visualiza la falta de hábitos saludables, falta de información, y precariedad económica de la mano.

En la actualidad esta situación se ha convertido en una verdadera epidemia, triplicando los valores que existían hasta los años 70. A nivel mundial, censos y cifras posteriores al año 2017 indican que al menos 1.900 millones de adultos, así como 340 millones de niños y adolescentes, padecen de obesidad.


El panorama en el país, desalentador

En Argentina, la obesidad adquirió proporciones preocupantes: el 23% de los adultos y más del 10% de los niños son hoy obesos. Con un 9,9%, nuestro país tiene la segunda tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe, según datos recientes de Unicef.



Consciente y alertado de ello, el Banco Mundial organiza una conferencia de alcance global con expertos en distintas materias que abordan el tema de la obesidad en el planeta y brindan explicaciones del nuevo reporte, que lanzarán sobre la actualidad de la enfermedad: "La obesidad tiene un gran impacto en las economías nacionales al reducir la productividad y la esperanza de vida y al aumentar los costos de discapacidad y atención médica", destacan desde la entidad mundial. Y agregan: "Muchos países de bajos y medianos ingresos enfrentan una doble carga: una alta prevalencia de desnutrición y obesidad. A medida que aumenta el ingreso per cápita, la carga de la obesidad se traslada a los pobres y a las zonas rurales. Para evitar el aumento de la obesidad en las generaciones futuras, los gobiernos y los socios de desarrollo deben adoptar un enfoque integral, que incluya un fuerte enfoque en las medidas preventivas”.


Cuando los kilos de más se vuelven una enfermedad

Una forma simple de medir la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), que es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Alguien con un IMC igual o mayor a 30 es considerado obesa, mientras que si tiene un IMC igual o mayor a 25 tiene sobrepeso.


Algunas pautas para cambiar:

- Los alimentos ultraprocesados y azucarados, la reducción de la actividad física y el aumento de los ingresos, que suelen ir acompañados de un mayor consumo de alimentos poco saludables.

“Una de las formas más eficaces de abordar la obesidad y otras enfermedades no transmisibles es aumentar las inversiones en atención primaria asequible y de calidad. Esto tiene sentido tanto desde el punto de vista sanitario como económico. Poner más recursos en primera línea para detectar y tratar las afecciones a tiempo, antes de que se agraven, salva vidas, mejora los resultados sanitarios y reduce los costes de la atención sanitaria”, concluyó el director mundial de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial, Muhammad Pate.


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