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¿Por qué las mujeres tienen mayores problemas para dormir que los hombres?


Las hormonas juegan un papel importante pero también hay otros factores; las recomendaciones de los expertos que pueden ayudar a conciliar el sueño.


Hay una situación que es moneda corriente y que llama la atención de las mujeres al momento del descanso ya que notan que sus parejas suelen conciliar el sueño antes que ellas incluso, que permanecen dormidos más tiempo. En este sentido cabe preguntarse: ¿Qué está pasando? ¿Será que los hombres tienen más facilidad para dormir que las mujeres?


Es que los problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido son comunes, especialmente a medida que se envejece. Y para las mujeres, según sugiere una investigación, las dificultades pueden ser aún mayores.


De acuerdo a una encuesta reciente realizada por la Fundación Nacional del Sueño, las mujeres son significativamente más propensas que los hombres a reportar dificultades para quedarse dormidas.


“Tales problemas pueden surgir durante la pubertad y continuar durante la edad adulta”, dijo Fiona Baker, directora del Programa de Investigación del Sueño Humano en SRI International, un instituto de investigación sin fines de lucro con sede en Menlo Park, California.


Según los expertos, son varios los factores que pueden causar este problema: biológicos, psicológicos y sociales. Sin embargo, la buena noticia es que hay estrategias que se pueden adoptar para contrarrestar esta situación.


¿Qué hay detrás de los problemas de sueño de las mujeres?


Tal como dijo la Dra. Baker, a lo largo de los años reproductivos, los cambios hormonales que se dan en el ciclo menstrual, pueden alterar el humor y ocasionar ansiedad y depresión. Aunque también pueden generar malestar físico: calambres, hinchazón y sensibilidad en los senos, que en ocasiones interrumpen el sueño.


“Los síntomas que aparecen durante el embarazo, como las náuseas, la necesidad frecuente de orinar, la ansiedad y el malestar general, también pueden desencadenar problemas de sueño”, dijo Shelby Harris, profesora asociada clínica de neurología y psicología en el Colegio de Medicina Albert Einstein en el Bronx. Y agregó: “Este trastorno en el descanso se da sobre todo en el primer y segundo trimestre de embarazo”.


Además una vez que nace el bebé, “el sueño también puede verse interrumpido”, comentó la Dra. Harris. Y más allá de que el niño se duerma, “en ocasiones es difícil volver a conciliar el sueño”, sumó la especialista. Sucede que a veces, los “cerebros de las mujeres están entrenados para escuchar a su hijo, lo que puede conducir a un patrón de hipervigilancia y capacidad de respuesta y en consecuencia dificultar el sueño”, explicó la Dra. Harris.


Pero ello no es todo. Las hormonas vuelven al centro de la escena durante los años previos y posteriores a la menopausia. “Hasta el 80% de las mujeres comienzan a tener sofocos en la etapa de la perimenopausia y que pueden durar de manera indefinida”, especificó la Dra. Baker.


Sin embargo, “para alrededor del 20% de las mujeres, estos síntomas de sofocos son tan frecuentes que muchas veces interrumpen su descanso”, agregó la especialista.


Además, sucede que las mujeres posmenopáusicas también corren un mayor riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño, una patología donde los músculos de las vías respiratorias se relajan, impiden temporalmente la respiración y provocan despertares nocturnos con frecuencia.


“Y acá vuelven a entrar en juego las hormonas”, dijo la Dra. Baker. Sucede que el aumento de peso relacionado con la menopausia y el envejecimiento, también pueden desencadenar cuadros de apnea de sueño.


Por otro lado, las mujeres también corren un mayor riesgo de padecer ciertas afecciones relacionadas con la salud mental, tales como la ansiedad y depresión, que pueden exacerbar los problemas para dormir. Según una encuesta de Gallup publicada en mayo, el porcentaje de mujeres que dijeron que tenían o estaban siendo tratadas por depresión, era más del doble que el de los hombres. Por su parte, desde el Departamento de Salud y Servicios Humanos manifestaron que las mujeres suelen tener más del doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con un trastorno de ansiedad durante su vida.


Cómo dormir mejor


“Afortunadamente, hay soluciones disponibles”, manifestó la Dra. Harris. En esta línea la especialista recomendó la terapia cognitivo conductual para el insomnio (CBT-I).


“Se ha demostrado que el uso de una variedad de técnicas cognitivas y conductuales, como la identificación y reformulación de patrones de pensamientos negativos, la práctica de la atención plena, el seguimiento del sueño y el cambio de la hora de acostarse, mejoran el descanso y reducen los síntomas depresivos”, ahondó la Dra. Harris.


A su vez, según la experta, otra alternativa eficaz consiste en realizar una terapia de reemplazo hormonal que implica “complementar las hormonas que se perdieron durante la transición a la menopausia con el objetivo de aliviar los sofocos”, manifestó la Dra. Baker. Dicho esto, lo sugerido por la especialista es “tomar la dosis más baja durante el menor tiempo posible porque el tratamiento puede conllevar riesgos”.


Finalmente, es importante reconocer que es normal que el sueño varíe, de una noche a otra o de una persona a otra.


Y despertarse después de haberse quedado dormido no significa necesariamente que haya un problema. “Todos se despiertan en medio de la noche, solo que algunas personas lo recuerdan más que otras”, dijo la Dra. Harris.


“Si te despertás entre una o dos veces por noche y podés volver a dormirte dentro de los diez a 15 minutos, entonces no hay de qué preocuparse”, comentó la Dra. Harris. Pero no pasa lo mismo si “tenés problemas para conciliar el sueño, para permanecer dormido, si te levantás demasiado temprano o si el sueño no fue reparador”. En estos casos la médica aconseja consultar con un profesional.


La Society of Behavioral Sleep Medicine tiene una lista de especialistas capacitados en la terapia cognitivo conductual para el insomnio. Y la Sociedad Norteamericana de Menopausia posee una base de datos de profesionales de la salud orientados en el cuidado de la etapa de la perimenopausia. “Pero si tu preocupación son las apneas de sueño, lo mejor sería que busques un experto en ese rubro”, arremetió la Dra. Harris y sobre todo: “No sufras en silencio”, concluyó.

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